En un post del pasado mes de noviembre apuntaba algunas posibilidades que la WEB social abre a la publicación de contenidos científicos y que, con un poco de suerte, permitirían superar las limitaciones de las revistas científicas 1.0. En estos pocos meses han pasado un montón de cosas. He recibido una invitación para unirme a una red social de científicos (iAMascientist), Nature ha publicado un artículo sobre el impacto de Twitter en la ciencia y he empezado a encontrar en la literatura profesional alusiones a la importancia de contabilizar enlaces WEB como indicadores de impacto. Claramente, algo se mueve en el polvoriento mundo académico y vamos a dedicar un rato a imaginar juntos por dónde van a ir los tiros.
El centro del mundo científico son las revistas de investigación (Journals, en la jerga del gremio) porque publicar en buenas revistas es imprescidible para avanzar en tu carrera. El sistema de selección de artículos mediante revisión por pares y la aplicación sistemática de técnicas bibliométricas para valorar el impacto de artículos individuales y revistas en conjunto ha supuesto un avance indudable. Sin embargo, también tiene su "lado oscuro": las revistas científicas 1.0 cuentan con poco dinero para operar lo que da lugar a procesos de evaluación lentos, ocasionalmente subjetivos y a menudo de poco valor añadido. Creo que la tecnología moderna nos permite hacer las cosas mejor.
Imaginemos un investigador que acaba de terminar su paper (más jerga). A partir de aquí:
En el mundo científico 1.0 lo siguiente que hace en enviarlo a una revista para su evaluación. Ahora suele hacerlo a través de un sistema de workflow editorial o, en el peor de los casos, por e-mail (hace quince años hubiera tenido que usar el correo ordinario) iniciando un ciclo de crítica y revisión. En mi campo - estadística y econometría - cada "ronda de evaluación" en una revista aceptable puede durar entre seis meses y un año. Un artículo requiere normalmente dos o tres de esta rondas antes de que ser publicado en internet ("preprint"). Cuando hay suerte y el artículo es finalmente aceptado, pasan uno o dos años desde que se envía el artículo hasta que se publica en preprint, a los que hay que sumar un año o año y medio hasta que el artículo se publica en la edición definitiva.
En el mundo científico 2.0 el científico remitirá el artículo a una WEB especializada, pagando una cierta cantidad (que saldrá de sus subvenciones) para financiar la producción y promoción de un ejemplar digital, que se publica tan pronto como esté listo. Este documento se aloja en la red y se identifica de forma única mediante un DOI. El DOI es un identificador único que permite acceder al artículo a través de un enlace único y sirve para "citar" (o más bien enlazar) el documento. La tecnología que acabo de describir está disponible y funciona. Si alguien quiere probarla puede pulsar aquí y accederá a un artículo mío cuya lectura le puede quitar a uno las ganas de tener ganas.
A partir de aquí, se trata de que el artículo adquiera una "reputación digital". Si mantenemos la analogía con redes sociales, ésta se conseguiría generando likes, como los de Facebook, enlaces como los que acabo de describir, que sustituirían a las actuales citas, tweets, etc. Construir indicadores bibliométricos se simplifica en este mundo, ya que la información necesaria se recopila con más facilidad que ahora. Desaparece el retraso en la publicación. Desaparece el proceso de evaluación a priori, que es sustituida por una evaluación a posteriori descentralizada. Los Journals se convierten en WEBs de ciencia, que se financian gestionando el contenido. Además de los honorarios por remitir el artículo, que permiten sufragar los costes iniciales de producción y marketing, otras fuentes de ingresos posibles son las suscripciones, individuales o colectivas, y la publicidad de las cosas que los científicos compramos: libros, equipo científico, ordenadores o congresos.
Perfeccionar la forma en que los contenidos científicos se generan y se comunican mejoraría la vida de todos. Tengo muchas ganas de que el mundo científico sea así: más rápido, más justo, más eficiente. Ojalá vivamos para verlo.
Hola Miguel, ha sido una alegría encontrar este blog. Me gusta tu iniciativa (veo que lleva un tiempo funcionando pero yo lo descubro hoy), y me gusta lo que lo motiva, lo que titulas "El objetivo de este blog".
ResponderEliminarMe permito tutearte porque soy ex-alumna tuya, aunque aún tengo pendiente esa asignatura (no me presenté al examen, no pienses mal) la última de la carrera!!
Me satisface encontrar espacios en lo que gente interesante vierte su opinión sobre temas de actualidad, es cierto que este tema no es para mí muy conocido, pero haré nuevas incursiones en este blog porque quiero seguir descubriéndolo. También me he metido en el Blog de Gregorio, he leido un poco, lo de "ser social", mejor dicho: sociable, jaja! (tema interesante el de las redes sociales)pero no he dejado ningún comentario (casi no lo entiendo, claro! aún no soy económetra!)
Un saludo.
Hola respiro.
ResponderEliminarPues a mí me alegra muy especialmente encontrar un comentario (¡tan cariñoso!) de una antigua alumna, sobre todo si dice que sigue bien mis posts y no tanto los de Gregorio (Je! Je! Grego ... ¡¡A ver si mejoramos esa habilidad de comunicación!!).
Un besete y suerte con la econometría, que es un callo pero al final se deja.