Pues vamos a ello:
¿Por qué este rescate no ha conseguido (de momento) reducir nuestra infame prima?
Muchos analistas piensan - y yo coincido con ellos - que este rescate no está siendo eficaz porque no se han anunciado sus detalles financieros. Quiero decir, sabemos que:
- Es una línea de crédito, por un máximo de 100.000 millones de euros y avalada por el Reino de España.
- Supondrá asumir condiciones sobre la reforma del sector financiero, su marco regulatorio y su sistema de supervisión.
- Las entidades receptoras de ayuda se verán obligadas a presentar y poner en práctica duros planes de ajuste.
Por otra parte, a día de hoy desconocemos:
- El tipo de interés que habrá que pagar. Un tipo elevado empeoraría nuestras expectativas de solvencia y, por tanto, la prima de riesgo. Un tipo reducido produciría el efecto contrario.
- El plazo en el que tendremos que devolver el importe dispuesto. Un plazo corto elevará la prima, mientras que un plazo largo ayudará a reducirla.
- Si el crédito será revolving o no. Si al reintegrar parte del crédito aumenta la cantidad disponible (opción revolving) la prima mejorará.
- En caso de quiebra ¿quién tendría prioridad para cobrar? ¿Los que tienen deuda pública ordinaria? ¿O los acreedores de este rescate? Si la deuda pública perdiera prioridad frente a la deuda del rescate, se desencadenaría una venta masiva de nuestros bonos con un impacto muy severo sobre la prima de riesgo.
- ...
En definitiva: se ha anunciado un acuerdo político genérico sin hacer públicas sus condiciones. Y estas condiciones afectan sustancialmente a la solvencia de España. Así lo han entendido los tenedores de nuestra deuda y han protestado de la forma habitual: vendiendo títulos, lo cual hace caer su precio, eleva la rentabilidad del bono de referencia español y la diferencia entre ésta y la rentabilidad del bono alemán.
¿Estamos aún a tiempo de que funcione?
En función del análisis anterior, la buena noticia es que si las condiciones de esta línea de crédito son favorables la prima de riesgo se relajará. La mala noticia es que parece dudoso que así sea, por varias razones.
En primer lugar, porque a los votantes de los países nórdicos seguramente les parece regular que se preste el dinero de sus impuestos en condiciones generosas. Por otra parte, a mí me parece mal que el Reino de España se convierta en avalista forzoso de las deudas de las entidades recapitalizadas con terceros, incluyendo entre estos en posición preferente a la banca privada francesa y alemana.
Asimismo, unas condiciones generosas crearían un serio agravio comparativo con los países previamente rescatados, que pagan por sus ayudas financieras intereses elevados y se ven obligados a devolverlas en plazos muy exigentes.
En todo caso creo que este rescate, sea light o no, ha sido una oportunidad perdida para romper el círculo vicioso que une la crisis fiscal con la crisis del sector financiero.
Al hablar de "un círculo vicioso" quiero decir que los bancos están mal debido, en parte, a que sus carteras de deuda pública valen cada vez menos debido a la crisis fiscal. Por otra parte, la deuda pública de muchos países vale cada vez menos porque existen dudas - más justificadas en unos casos que en otros - acerca de la solvencia de sus respectivos sistemas financieros y la capacidad de los gobiernos para rescatarlos. El punto fundamental de un rescate light debería ser precisamente desvincular la ayuda al sector financiero del endeudamiento del país. Esto se hubiera conseguido apoyando directamente a las entidades rescatadas. En vez de ello, el rescate se ha convertido en deuda pública de características aún desconocidas, lo que nos lleva a la situación actual.
Este es precisamente el punto que se está discutiendo en la reunión del G-20, en donde el señor Rajoy está intentando desvincular esta ayuda del riesgo soberano. Ojalá lo consiga.
En fin: toca esperar acontecimientos y esperar que las cosas se resuelvan de la mejor manera posible. Mis médicos me han mandado ser optimista y yo siempre he sido un paciente disciplinado, así que me pongo a ello.
¿Estamos aún a tiempo de que funcione?
En función del análisis anterior, la buena noticia es que si las condiciones de esta línea de crédito son favorables la prima de riesgo se relajará. La mala noticia es que parece dudoso que así sea, por varias razones.
En primer lugar, porque a los votantes de los países nórdicos seguramente les parece regular que se preste el dinero de sus impuestos en condiciones generosas. Por otra parte, a mí me parece mal que el Reino de España se convierta en avalista forzoso de las deudas de las entidades recapitalizadas con terceros, incluyendo entre estos en posición preferente a la banca privada francesa y alemana.
Asimismo, unas condiciones generosas crearían un serio agravio comparativo con los países previamente rescatados, que pagan por sus ayudas financieras intereses elevados y se ven obligados a devolverlas en plazos muy exigentes.
En todo caso creo que este rescate, sea light o no, ha sido una oportunidad perdida para romper el círculo vicioso que une la crisis fiscal con la crisis del sector financiero.
Al hablar de "un círculo vicioso" quiero decir que los bancos están mal debido, en parte, a que sus carteras de deuda pública valen cada vez menos debido a la crisis fiscal. Por otra parte, la deuda pública de muchos países vale cada vez menos porque existen dudas - más justificadas en unos casos que en otros - acerca de la solvencia de sus respectivos sistemas financieros y la capacidad de los gobiernos para rescatarlos. El punto fundamental de un rescate light debería ser precisamente desvincular la ayuda al sector financiero del endeudamiento del país. Esto se hubiera conseguido apoyando directamente a las entidades rescatadas. En vez de ello, el rescate se ha convertido en deuda pública de características aún desconocidas, lo que nos lleva a la situación actual.
Este es precisamente el punto que se está discutiendo en la reunión del G-20, en donde el señor Rajoy está intentando desvincular esta ayuda del riesgo soberano. Ojalá lo consiga.
En fin: toca esperar acontecimientos y esperar que las cosas se resuelvan de la mejor manera posible. Mis médicos me han mandado ser optimista y yo siempre he sido un paciente disciplinado, así que me pongo a ello.
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