jueves, 5 de enero de 2012

Hablemos de Ciencia (II): Sexenios, mentiras y cintas de vídeo

Espero que hayan comenzado 2012 con buen pie. Les deseo lo mejor para este año recién estrenado y ojalá sigan teniendo ganas de visitar regularmente el Blog del Arbitrista. Afortunadamente los recortes que se nos vienen encima son puramente económicos y no afectan, por tanto, al mundo de las ideas.

Como les decía en el post anterior, creo que una medida que tendría un impacto positivo importante sobre la ciencia española es revisar el sistema de evaluación e incentivos a los investigadores.

Hace unos veinte años a alguien se le ocurrió la acertada idea de primar económicamente la productividad investigadora y, con este fin, se desarrolló un complemento salarial, que se conoce en la profesión como “sexenio”. El nombre de la cosa alude a su ciclo temporal: cada seis años los investigadores pueden solicitar un nuevo tramo de este complemento. La solicitud consiste en seleccionar las cinco mejores aportaciones generadas durante este período de seis años  - artículos, libros, patentes, tesis dirigidas, etc. -  y someterlas a evaluación por parte de un comité de expertos, que puede tomar una decisión positiva o negativa. En el primer caso, al investigador se le concede un nuevo “sexenio”, lo que supone que a partir de ese momento recibirá una cantidad adicional  - bastante modesta, por cierto -  en su nómina. Si la decisión es negativa, el investigador deberá esperar tres años para solicitar un nuevo sexenio, por lo que parte de la actividad del período evaluado negativamente no podrá alegarse en la siguiente solicitud.

Como toda obra humana, este sistema puede mejorarse y también empeorarse. Podemos decir que es justo. O que es injusto. O que supone poco dinero para seis años de actividad… pueden decirse muchas cosas, pero lo cierto es que lleva años funcionando y que prima la productividad científica, lo cual es buena cosa. Su mayor problema, en mi opinión, es que siendo un aceptable sistema para administrar un complemento salarial se ha convertido indebidamente en una unidad de cuenta del mérito científico. Así se habla de investigadores con cuatro o tres sexenios, a los que automáticamente se les supone mayor seniority y talla profesional que a investigadores con uno o dos sexenios. Y no necesariamente es así.

Pensemos en un investigador muy brillante. Puede haber conseguido cinco méritos de primer nivel en los tres primeros años de un período de evaluación, pero no podrá solicitar un nuevo sexenio porque le faltan tres años de antigüedad. Pensemos en un investigador que, durante un período de seis años ha conseguido más de cinco contribuciones evaluables, sean seis o veintiséis. ¿Puede pedir más de un sexenio? La respuesta es que no. Y es que no porque el sexenio mezcla dos cosas  - productividad científica y antigüedad -  y las combina según una receta que sólo puede dar lugar a dos resultados: conseguir un nuevo tramo cada seis años o no conseguirlo. Este sistema es rígido, impreciso y mezcla las churras (antiguedad) con las merinas (investigación).

Creo que nuestro sistema científico mejoraría si los investigadores registrásemos cada año nuestras aportaciones evaluables en una base de datos nacional de resultados de investigación. Se trataría de un proceso formal en donde cada mérito alegado se describe, se documenta, se revisa y, finalmente, se admite o no como un resultado válido. Y una vez inscrito, queda automáticamente acreditado: lo único que el investigador necesitará en el futuro para alegarlo en un proceso de competencia por méritos es remitirse a esta base de datos, porque allí consta para quien necesite consultarlo.

Además de servir para certificar méritos, esta base de datos permitiría calcular un rating anual del investigador, sumando la valoración de cada uno de sus méritos, actualizada según los criterios estándar para valorar un resultado científico (ranking de la revista, número de citas conseguidas, etc.). Y este rating sería una medida de productividad científica menos imperfecta que el sexenio.

Nótese que lo anterior no impide valorar la concesión o no de un sexenio a partir de los méritos acreditados correspondientes al período en cuestión, pero reduce al sexenio a lo que es. Un procedimiento para liquidar un complemento salarial. Ni menos ni más.

Y es que a veces el progreso consiste en reducir las cosas a su justa dimensión.

8 comentarios:

  1. Feliz Año Prof. Jerez,

    No conocía la dinámica de los sexenios pero ciertamente hay que premiar la investigación no la antigüedad.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Feliz Año, Juan Carlos.
    Muchas gracias por su comentario.
    Me parece defendible que la antigüedad se tenga en cuenta para liquidar un complemento salarial. También puede argumentarse la posición contraria. Pero lo que de verdad es una aberración es que los sexenios obtenidos con estas reglas se usen como medida de productividad.
    Por ejemplo, la situación económica de mi Universidad da lugar a que cada año se pueda promocionar sólo a unos pocos profesores, por lo que hay que "racionar" de alguna manera estas promociones. Concretamente el orden de acceso a las plazas de Catedrático se determina por antigüedad y por méritos científicos y, como puede imaginarse, la medida utilizada para los méritos es... ¡el número de sexenios! Esto supone, en la práctica, que la antigüedad tiene un peso enorme, opaco e injustificable en la promoción.
    Este ejemplo no es el único: puedo poner muchos más.
    Un cordial saludo

    ResponderEliminar
  3. Excelente artículo.
    A mi personalmente me beneficia el sistema actual porque voy a trancas y barrancas sacando las publicaciones justas para que me los vayan dando, pero justita. Otra gente con mucha más actividad científica tienen menos sexenios que yo por el hecho de ser más jóvenes o haber empezado más tarde

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado Pototi,
      Muchas gracias por su amable comentario.
      Yo también pertenezco a la "clase media" científica: me apaño con lo que hay aunque me gustaría que los sistemas que nos evalúan fueran un poco más razonables.¡Qué se le va a hacer!
      Reconozco sin embargo que lo que hay, aunque imperfecto, mejora la nada que había cuando empecé mi carrera, hace unos veintiséis años.
      Cordialmente

      Eliminar
  4. Hola Miguel,
    me encanta tu blog, muy didáctico tanto si conoces el tema (en mi caso el tema de la universidad) como si no (deuda, crisis).
    Tienes idea de como va a cambiar el sistema de acreditación de la ANECA? se oyen muchos rumores, pero nadie sabe nada a ciencia cierta.
    Otra consulta: crees que Espania saldrá pronto de esta crisis? cuales son tus predicciones? estamos todavía cuesta abajo? han salido ya los brotes verdes de los que hablaba hace anios la ministra?
    Saludos cordiales
    PD1: puedes tutearme
    PD2: pertenezco al género femenino, :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada Pototi,
      Muchas gracias por permitirme el tuteo y disculpa la confusión de género: tu nick es bastante unisex :-)
      En cuanto a tus preguntas.
      No tengo ni la más remota idea de cómo va a cambiar el sistema de acreditación. Mi relación con ANECA es de puro y duro usuario. Si va a haber cambios, ojalá sean para bien.
      En cuanto a la crisis, no veo brotes verdes ni nada que se le parezca.
      Creo que hay dos medidas que pueden estabilizar las cosas, al menos en el frente de la deuda pública: La mejor y más clara sería implantar el eurobono, que de momento está vetado por los países del norte. Una alternativa menos limpia sería crear un prestamista de último recurso en la eurozona. El plan de que el BCE y el MEDE actúen conjuntamente en los mercados de deuda quizá vaya en esta línea y podría ser una medida eficaz. Habrá que esperar para ver qué pasa y confiar en que las cosas empiecen a pintar mejor.
      En todo caso, la auténtica luz al final del túnel sería un crecimiento económico sostenido en los países de nuestro entorno, y parece que aún falta bastante (quizá un año, quizá dos...) para esto.
      Cordialmente

      Eliminar
  5. Gracias Miguel,
    seguiremos esperando (los brotes verdes). Esta situación da mucho miedo. Se oye que en septiembre van a empezar con las universidades y ya hemos visto en los periodicos como echan a la calle a profesores que pensábamos eran fijos (Contratados Doctor). Cuales son tus previsiones para las universidades de la Comunidad de Madrid?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pototi,
      Pues mis previsiones son más de lo mismo: reducción de salarios, más recortes presupuestarios, que el complemento retributivo continúe desaparecido y mucho lío en torno a los costes de matrícula. Posiblemente en algún momento intenten impulsar alguna reforma nacional o autonómica relacionada con el gobierno de las universidades.
      Vamos, que pinta regular...

      Eliminar