viernes, 27 de enero de 2012

Bricolaje literario

Como casi todos los días, hoy me he levantado temprano y he leído la prensa en internet. Esto me ha permitido encontrar la “perla cultivada” que ha motivado este post. Se trata de unas declaraciones de Valerie Miles, editora de Duomo Ediciones, para un artículo en ABC sobre el precio fijo de los libros. Cito textualmente a la señora Miles:

El libro es un garante de la cultura y no puede compararse con otros productos, no es como el yogur, por eso se le protege con el precio fijo y afirmar lo contrario es cinismo […] La piratería debe combatirse con buena legislación, no bajando los precios.”

No sé qué les parece a ustedes. A mí esto me suena, sin ánimo de ser cínico, a:

Lo que tiene que hacer el Gobierno es defender mis márgenes de negocio y quien no esté de acuerdo conmigo es un... [rellene usted mismo el espacio en blanco].”

Reconozcamos que estas opiniones reflejan lo que muchos piensan y hacen. Reconozcamos también que hay posturas diametralmente opuestas que equilibran estas ideas y que merece la pena conocer. A ellas vamos a dedicar el post de hoy.

Hablemos un rato de Juan Gómez-Jurado (@JuanGomezJurado). Se trata de un autor joven, con varias novelas publicadas y traducidas a otros idiomas. Su último libro, El Emblema del Traidor, se vende en papel y también en formato electrónico. La edición para Kindle puede comprarse en Amazon por 1,49 euros.

Sobra decir que el precio es más que justo. Además, el autor ha tenido el buen gusto y la cortesía de evitar la protección por DRM, lo que facilita enormemente el disfrute de su obra. En cuanto a la calidad de la novela, me remito al comentario que publiqué sobre la misma y al hecho de que ahora mismo estoy leyendo una obra previa: Espía de Dios. Parece asimismo que otros piensan como yo: el Emblema del Traidor lleva en el top 100 de ventas de libros para Kindle prácticamente desde que Amazon España empezó a ofrecer e-books, por lo que seguramente podemos considerar que este libro es el primer best seller digital de la era post-desembarco de Amazon en España.

Creo firmemente que este es el futuro de la cultura: creadores con una personalidad digital clara y bien trabajada, que escriben, publican y venden usando internet, tanto para promocionar su obra como para conectar con el público. Fórmense ustedes su propia opinión, pero para mí se trata de un uso legítimo y respetuoso de la WEB, diametralmente opuesto a la “cultura” de la SOPA boba, adicta a la lágrima de cocodrilo, a la subvención, al precio controlado, al canon porque sí, a la ley injusta y a la redada policial.

Me alegra mucho ver a autores españoles relevantes involucrados en comercializar de obra. Sabía que en el mundo anglosajón hay escritores que gestionan directamente del canal digital, pero creía que aún estábamos lejos de llegar a ese punto.

Lo que hacen Juan Gómez-Jurado y otros autores similares, que los hay, me ha llevado a investigar un poco más sobre este tema y me he llevado algunas gratas sorpresas.

La primera de ellas: el programa Kindle Direct Publishing de Amazon. En resumidas cuentas: si tienes un manuscrito, puedes publicarlo en formato electrónico siguiendo unos pasos que no parecen demasiado difíciles. Mi tecno-entusiasmo me ha llevado a decidir, tras una reflexión de casi tres minutos, que voy a recopilar los posts del Arbitrista desde el comienzo de los tiempos y a intentar publicarlos de esta forma. Les informaré aquí mismo sobre el éxito o fracaso de esta aventura que, en cualquier caso, parece interesante.

La segunda sorpresa: los periódicos de bricolaje online. Me refiero a Paper.li. La idea que propone esta WEB es sencilla: te registras y ella solita recoge los enlaces a noticias, fotos y vídeos desde tu cuenta en Twitter o Facebook, realiza una selección de estos contenidos utilizando técnicas de análisis semántico y crea una página diaria, parecida a los periódicos que vemos en Internet, dividiendo en secciones los enlaces y contenidos. De esta forma, el periódico resultante refleja tu personalidad e intereses. Siéntanse libres de visitar el resultado de mi experimento a través de este enlace al Arbitrista Newsweek.

Por último, hay que decir que Paper.li ofrece posibilidades interesantes para configurar, personalizar y seleccionar manualmente el contenido, aunque no puede sea realmente un “periódico hecho por uno mismo.” Jugaré un poco más con esta herramienta para entenderla mejor y quizá escriba algo más sobre ella.

En cuanto a otros contenidos, como música o video, me siento menos cualificado para darles el tratamiento que merecen, ya que mi falta de habilidad para crearlos raya en lo excelso y me impide probar las posibilidades que les abre la tecnología WEB. Un par de búsquedas me han permitido comprobar que hay muchas opciones para compartirlos y monetizarlos, pero tengo la impresión de que se trata de posibilidades menos desarrolladas que las del libro electrónico, quizá porque requieren unos medios mayores.

Pues esto es lo que quería contarles hoy: nos asomamos a un mundo en el que todos podremos hacer nuestros pinitos para crear y compartir contenidos. Algunos, como Juan Gómez-Jurado, tendrán el talento necesario para vivir de ello. Otros nos conformaremos con hacer un poco de bricolaje cultural de vez en cuando.

Malos vientos soplan para los adalides del proteccionismo, cosechadores de cánones y profetas del desastre cultural.

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