domingo, 12 de diciembre de 2010

¿Qué hemos aprendido del Cablegate? (o la rebelión de los frikis)

Hoy me desviaré un poco de mis obsesiones habituales (ciencia, educación y cultura) para escribir acerca de un tema de actualidad que no es científico ni cultural, sino todo lo contrario, pero que quizá resulte muy educativo: me refiero a la filtración de los cables del Departamento de Estado de EE.UU. Me refiero a la persecución a WikiLeaks y Julian Assange, así como a la reacción posterior de la Internacional hacktivista.

La primera reflexión que me hago es que esto no hubiera podido pasar hace diez años, simplemente porque entonces no existía la tecnología necesaria. En cambio, en nuestro mundo:
  • Una sóla persona puede acceder a cantidades ingentes de información y trasladarla con facilidad, basta con disponer de una memoria USB y acceso a una red informática con información relevante.
  • Una sóla persona puede divulgar mucha información. Cualquiera que disponga de acceso a Internet puede difundir una información desde el Polo Norte hasta el Polo Sur. Si es interesante, la publicas y se propaga ella solita.
  • Las mordazas convencionales ya no funcionan. Si hace diez años un periódico hubiera difundido una filtración incómoda y se hubiera atacado masivamente su credibilidad, sus fuentes de financiación, sus locales y la honestidad del director, hubiera cerrado para siempre en días. Ya no.
  • Las armas están en la WEB. En cuestión de días se han producido ataques descentralizados contra una serie de objetivos (Visa, Amazon, PayPal, ...) designados como "colaboracionistas" con la persecución a WikiLeaks. El software y las instrucciones para participar en estos ataques pueden conseguirse en minutos. ¿Cómo se defiende uno de esto? Hay que tener en cuenta que la técnica de ataque utilizada -denegación de servicio- ni siquiera es delito en muchos países.
Hasta aquí uno puede sentirse incluso satisfecho de lo sucedido: los gobiernos y servicios secretos quizá sean el menor de los males, pero no nos caen bien y un poco de ignominia de vez en cuando les viene como un cocido. No obstante, creo que lo que ha pasado contiene también otras lecciones más oscuras:
    • Hacktivismo no es sinónimo de santidad: el pasado 11 de diciembre la web de la Fundación Fronteras Electrónicas, pionera de la defensa de los ciberderechos, sufrió un ataque análogo a los que recibieron previamente los "colaboracionistas". Esto sucedió después de que su cofundador John Perry Barlow criticara estos ataques por ir contra el espíritu libre y abierto de la red y por perjudicar, en última instancia, la causa de WikiLeaks.
    • El lulz es una motivación inquietante. Quienes originan este tipo de filtraciones y de los hacktivistas que las protegen explican sus acciones mediante frases como: "I did it for the lulz" (lo hice por el lulz). Esta frase, cuya paternidad se atribuye a Hitler, viene a significar: "lo hice porque me dió la gana". Hay ideas que le dejan a uno intranquilo, pero al menos son ideas, ¿qué diálogo puede haber con quienes se declaran motivados por el lulz?
    • Esta filtración no es una bomba convencional, sino una bomba de racimo. Las filtraciones de WikiLeaks suelen afectar a acciones concretas y focalizadas de una empresa o de un gobierno y dan lugar a una tormenta local, que estalla y pasa. Lo que se ha filtrado en este caso son las valoraciones que genera la maquinaria diplomática americana. Cada una de ellas no es demasiado espectacular, pero cabrea a una persona con un gobierno, o con otra persona, o a un gobierno con otro ... cada uno de estos cabreos probablemente tendrá alguna consecuencia. El efecto del conjunto puede ser devastador.
      Pues hasta aquí llego. Una se me va y otra se me viene. A veces creo que el Cablegate será para bien. A menudo soy mucho menos optimista. Y lo peor de todo: el único arbitrio que se me ocurre para aliviar el problema es:
      • Ha llegado el momento de que nuestros políticos empiecen a mirar hacia arriba. El Cablegate recuerda uno de esos momentos embarazosos que ocurren a veces en los cuartos de baño públicos: cuando eso sucede conviene que todo el mundo mire hacia arriba y simule que no ha pasado nada.

      4 comentarios:

      1. -del mismo modo, las empresas deben cuidarse de tratar mal a un cliente; porque una opinión negativa influye más ahora que antes por el mero hecho de la web.
        -La Televisión pierde poder
        -Los Políticos intentarán controlar (al igual que lo hacen con la TV, radio...) a la opinión pública, y con excusas como la de "prohibición de ciertas páginas web para evitar piratería/robo... electrónico en definitiva seguridad" te pretenderán quitar tu libertad.


        y algo curioso; ¿os suenan los rumores de una red de internet de 1ª fila y una de 2º nivel?
        es probable que sepamos más sobre esto...

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      2. Efectivamente, desde la aparición de Internet los censores de todo tipo y cuño han estado dedicados a intentar contralar este nuevo medio. Afortunadamente la tecnología de censura va muy por detrás de la de difusión.

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      3. aunque fijese en esto:
        http://www.kriptopolis.org/wikileaks-ley-sinde

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